jueves, 22 de marzo de 2012

Una verdad que debe hablarse

Segunda parte: "Apartados"



Un día Jesús contó una nueva parábola: la del trigo y la cizaña de esta manera:

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Mateo 13: 24-30

¿Alguna vez se ha puesto a pensar que hoy en día solo hay trigo y cizaña en este mundo? Dios siempre da cosas buenas pero el enemigo siempre lucha por corromperlas.  Ese hombre que sembró buena semilla es nuestro Dios, el cual creó un mundo perfecto para que sus hijos sean felices. Pero luego vino la desobediencia y la cizaña empezó también a crecer. El gran problema para este padre de familia es que ambos se parecen en mucho antes de madurar. Yo no sé si alguna vez ha tenido la oportunidad de estar en un campo de trigo cuando este está creciendo. Yo sí, y son muy parecidos los yuyos al trigo. Y cuando este empieza a crecer y a dar las espigas, la cizaña hace lo mismo y se sigue pareciendo. Es como cuando los hechiceros del Faraón querían imitar a cada plaga que Dios a través de Moisés les mandaba. Esta plantita para sobrevivir imita al trigo todo el tiempo. Pero cuando llega la época de maduración, las espigas del trigo maduro ya son diferentes, los granos son distintos, su textura, su color. Y esto se parece mucho al ser humano, siempre hay imitadores, gente falsa; difícil de descubrir pero no imposible.
Ahora bien, cómo descubrir lo verdadero de lo falso; veamos algunos versículos:

a) Mateo 7: 16  “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”
b) Isaías 8 : 20 “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.
c) 1 Juan 4 : 1-3 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo, En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”
d) Gálatas 5: 22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

Es interesante revisar nuevamente el versículo de Isaías, está más que claro que lo que separa el trigo de la cizaña es la ley de Dios y llevar sus frutos. Así como el grano de trigo maduro es diferente al de la cizaña, así de diferente es nuestro obrar con el resto que no obedece a Dios.  Por supuesto que no estamos hablando solamente de obras. Dado el amor que tengo por mi Dios, porque creo en El y tengo toda mi fe depositada en Él, empiezo a dar estos frutos. Y por esto tampoco voy a contrariar la ley de Dios y todos estos frutos (los cuales puede profundizar en Gálatas 5) coexisten armoniosamente con los diez mandamientos. Si yo no obedezco la ley, no voy a dar testimonio de ella por lo tanto jamás podré llevar los frutos del Espíritu de Dios; ya que El no mora en mí. Pero yo solo no puedo hacer esto si Cristo no mora en mí y si no estoy continuamente ligado a El cómo Jesús lo estaba con su Padre.

En el libro de Juan 15: 1-17 detalla más este asunto. Aquí mencionaré algunas partes: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto …… Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podréis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego y arden ….. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor…." Yo le invito a que lea todo el capítulo entero pues es muy interesante y lo que más me llama la atención es que si no estamos íntimamente unidos a Cristo esto es imposible y somos cizaña al instante. El paralelismo entre la parábola del trigo y la cizaña y el de la vid es perfecto. Todo pámpano que no permanece en el Señor (cizaña) será separado. Fíjese que Dios trabaja arduamente para separar a quienes son sus hijos y quienes le obedecen. Obviamente jamás podríamos obedecer la ley de Dios si no permanecemos en El; y El en nosotros.  Jesús permaneció siempre en el amor del Padre y por eso fue un ejemplo ideal y pudo guardar sus mandamientos.

Por lo tanto para sintetizar este tema tan extenso, el cual podría escribir mucho más. El trigo son aquellas personas que permanecen en Dios, las cuales le aman, guardan su ley, sus mandamientos, y dan buen testimonio ya que llevan los frutos del Espíritu de Dios. Si son probados a la luz de las escrituras son verdaderos. Pero la cizaña no, son personas engañosas, hablan como corderos pero son verdaderos lobos. Quieren imitar al verdadero cristiano pero no obedecen la ley de Dios como debiera ser. Quiero mencionarles este punto  el cual se encuentra en Santiago 2:10 “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” Por lo tanto no hablamos de una obediencia parcial sino total.

Así de esta manera somos “apartados”. La obediencia siempre fue el tema en cuestión y lo que nos separará mientras dure este conflicto aquí en la tierra. Amén.


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